Gage, el hijastro de Alex, está a punto de partir al ejército. Acaba de cumplir 18 años y quiere obtener una beca para enorgullecer a su padrastro a toda costa. Como padre soltero, Alex está profundamente afectado por la separación y quiere darle a Gage algo especial que llevar consigo. Mientras observa a Gage empacar, Alex intenta tener una conversación sincera con él para que ambos puedan desahogarse. Gage apenas puede hablar de lo que pasa por su mente, ya que tampoco está contento de dejar a su padrastro. Alex intenta tranquilizarlo diciéndole que todo estará bien. Un sombrío Gage le dice a su padrastro que no está seguro de cómo lo hará sin su guía. Conmovido, Alex besa suavemente a su hijo en los labios y decide sorprenderlo con una despedida especial. Entiende que la mejor manera de despedir a su hijastro es prepararlo para el mundo real quitándole la virginidad.